PANTUVEGAS

Hola Pantus!!! 

Os apetece ir a Las Vegas en un abrir y cerrar de ojos? Laura hace vuestro sueño realidad! Os dejo con ella!

THE SIN CITY I: LA CIUDAD DEL PECADO

Desde el cielo Las Vegas parece una maqueta, y cuando aterrizas compruebas que efectivamente lo es. La maqueta de un gran parque de atracciones para adultos, la Ciudad del Pecado. 

Y como cualquier lugar de pecado que se precie, por la noche alcanza su máximo esplendor. Millones de luces encienden una ciudad que de día no está mal y de noche se crece.

Mientras sorprende que Las Vegas sea poco más que una gran avenida llamada The Strip a lado y lado de la cual se concentran multitud de hoteles de más o menos lujo, cada hotel en sí mismo es una auténtica ciudad. 

Todo pasa y se mueve en el interior de estos templos temáticos inspirados en el Antiguo Egipto (el Luxor), la Roma Clásica (el Caesars Palace), Italia (el Bellagio o el The Venecian), la capital francesa (el Paris), la época medieval (el Excalibur), el mundo del cine (el Grand MGM) o el teatro (el New York, New York).  

Cada hotel alberga sus propios restaurantes, salas de fiesta, capillas exprés, galerías comerciales, teatros  y cientos de habitaciones que se elevan hasta plantas imposibles. Y por supuesto, sus míticos casinos que se extienden por kilómetros y kilómetros de moqueta. Una curiosidad: aunque en territorio norteamericano, en absolutamente todos ¡se permite fumar!

En los casinos no existe el día ni la noche, sólo el juego. Las siguientes imágenes pueden ser tanto de las cinco de la mañana, como de las cinco de la tarde. Nunca faltan clientes que se pasan las horas muertas alimentando las máquinas con monedas que difícilmente se multiplicarán o probando suerte al Black Jack o a la ruleta. 

   

También es un espectáculo observar la calidoscópica especie humana que se pasea por los casinos luciendo sus mejores galas. 

 

Para los no aficionados al gaming (juego), los hoteles ofrecen una interesante oferta de espectáculos de gran calidad. Y como en Las Vegas todo vale, hasta el Cirque du Soleil, que allí cuenta con siete espectáculos permanentes, se atreve con uno subidito de tono: Zumanity. Soberbio!

http://www.cirquedusoleil.com/en/shows/zumanity/default.aspx

La calle a menudo también es un escaparate del frikismo imperante y en cada esquina puedes encontrar personajes tan rocambolescos como Chucky, el Muñeco Diabólico, la Hello Kitty, los superhéroes de las pelis (tengo debilidad por ellos), un Elvis joven sacado del museo de cera o uno madurito de carne y hueso que te dice con acento yankee cerrado que es de Kansas City pero que ha vivido un año en San Adrian del Besós.

Por último, vale la pena subir a una limusina que te recoge en el hotel para dejarte a los pies de un helicóptero en el que vivirás una de las experiencias únicas de tu vida.

Sobrevolar el impresionante Cañón del Colorado es el contrapunto ideal a tanto asfalto. Con la puesta de sol de fondo, la inmensidad de este paisaje lunar de tierra roja y el brutal desnivel del desfiladero te recuerdan que, aunque algo más allá montones de personas se divierten en los casinos, fuera sigue mandando la Madre Naturaleza. 

Las Vegas es una ciudad honesta, sin pretensiones, que no engaña a nadie. Salvando las distancias, comparte el mismo espíritu sin complejos que Benidorm o Lloret. Es pomposa, opulenta y desmesurada, pero el glamour hortera tiene su gracia y cuando te encuentras en medio de ese monumental show tienes dos opciones: pensar que estás en un circo de cartón piedra y salir huyendo, o aceptarlo como es y disfrutar al máximo de las generosas oportunidades que te ofrece la ciudad. Yo no dudé en optar por lo segundo. Además, Lo que pasa en Las  Vegas, Se queda en Las Vegas. Amén.