Hola Pantus!!!
Por fin he terminado el post de mis vacaciones en Croacia! y es que hacer una mínima selección de la gran cantidad de fotos que he hecho durante el viaje, no ha sido nada fácil. Y aún me quedo con la sensación de que no le hacen ninguna justicia a este maravilloso país!
Allá va la primera entrega del PantuCroacia!!!
Nuestro vuelo aterrizó en Zagreb pasada la media noche, así que dejamos para la mañana siguiente nuestro plan de ruta. Y qué mejor que hacer planes tomando un delicioso y reparador café en esta preciosísima ciudad. Zagreb tiene un encanto especial: sus calles, los tranvías, los puestos callejeros del mercado...y unos de los mejores helados que he probado!
En Zagreb alquilamos un coche para poder recorrer a nuestro ritmo el resto del país. La primera parada, el Parque Nacional de Plitvice. Espectacular!
Recomendación: a parte de llevar la batería de la cámara bien cargadita, es imprescindible llegar temprano, porque hacia el mediodía se llena de gente y no se disfruta igual. A mí ya me lo habían recomendado, así que llegamos temprano y disfrutamos muchísimo de la espectacularidad del lugar!
Moverse por Croacia es un auténtico placer. Las carreteras que recorren la costa son espectaculares. Además, te puedes parar cuando te apetezca para darte un chapuzón, por lo que es imprescindible llevar siempre encima el biquini ;)
La primera ciudad que visitamos fue Zadar. Es pequeñita pero preciosa! Lo más curioso sin duda, es el llamado Órgano de Mar, una especie de tubos situados debajo de un conjunto de escalones que produce música por medio del empuje de las olas.
Desde Zadar, salen los ferrys que van a la preciosa isla de Dugi Otok. El viaje a la isla fue un auténtico placer y es que ver la puesta de sol desde alta mar, no tiene precio!
En Dugi Otok no hay demasiado turismo. Nos alojamos en Sali, una pequeña población costera con un precioso puerto pesquero. Esta isla tiene una playas paradisíacas y no muy masificadas, por lo que disfrutarlas es un auténtico placer. Pensar que de punta a punta de la isla hay unos 40km. así que todo queda cerquita ;)
Para llegar a alguna de las calas más solitarias, hay que caminar un poco...pero llegar y disfrutar de una playa solo para ti...es un lujazo!
Sus playas, generalmente son de piedra y no muy grandes, aunque hay una de arena blanca con aguas cristalinas que es lo más: la playa de Saharun.
Las playas de Croacia son de aguas cristalinas y tranquilas. Por cierto...segunda playa de la isla donde no había nadie...si me lo explican, no me lo creo! Eso sí, difícil entrar al agua sin escarpines. Otro imprescindible en la maleta!
Sibenik, con sus callejones estrechos y escarpados, fue una de las ciudades que más me gustó.
Otra preciosa ciudad es Split. El centro antiguo de esta ciudad es fascinante. El emperador Diocleciano hizo construir su palacio para habitarlo una vez
se retiró de la vida política y la gente ahora hace vida dentro del palacio! Viviendas, comercios...fusión de antigüedad y modernez, que no deja indiferente a nadie!
Un día más tarde, volvimos a embarcarnos en un ferry para visitar la isla de Mljet. Se dice que fue aquí dónde Ulises paso siete largos años dominado por los encantos de la ninfa Calipso. Yo también me pasaría aquí una larga temporada, la verdad ;)
Y aquí, relajada mirando la puesta de sol, doy por finalizado el primer post de Croacia. Prometo una segunda entrega!
Hasta prontito Pantus!